domingo, 29 de junio de 2008

::EL "PANICO" EN UN CASO ANALIZADO POR FREUD

Fabian Allegro

Fuente: www.psicopatologia.com



Ya a una Edad avanzada Theodor Reik, el discípulo profano de Freud, escribe un libro titulado: "The Search Within" y traducido al castellano como "Confesiones de un psicoanalista". Sin duda es admirable la audacia con la cual está escrito, como,así también, la propuesta que el mismo Reik presenta.

Las grandes confesiones- dice Reik- de la literatura mundial nos fascinan precisamente por esos rasgos adicionales que, en términos estrictos, no son inherentes a la confesión como tal. Por ejemplo: las "Confesiones" de San Agustín atraen por el conflicto religioso en el escritor y su fervor; las "Confesiones" de Rousseau, por su implacable autoobservación. "Poesía y verdad" de Goethe, por Ia incomparable cualidad plástica de su presentación artística. El autor de este fragmento no puede ofrecer nada similar a tales excelencias. Sólo puede confiar; que el interés del lector se vea despertado por los problemas psicológicos contenidos en estas páginas autoanalíticas. Si tal interés está ausente ninguna otra cosa lo recomienda aI lector. Tal interés convoca y a su vez autoriza a interpolar consideraciones sobre el material que en dicho libro abunda a través de relatos de la propia vida de Reik.. De los mismos resulta interesante particularizar lo referente a una serie de "ataques"comienza a sufrir Reik poco tiempo después de la reagudización de una enfermedad que padece su esposa (Ella) y que lo lleva su tratamiento con Freud.

Reik describe, minuciosamente, tales ataques de la siguiente manera: El comienzo de estos ataques era inesperado. Recuerdo que al primera sensación de este tipo me sorprendió cierto día al abandonar el sanatorio, después de visitar a mi esposa...Su comienzo estaba acompañado por una abrumadora sensación de que el fin se aproximaba, por la ansiedad de que la aniquilación estaba cercana....morí mil muertes en esos espasmos, porque experimentaba la mas vivida sensación de muerte."

Sin embargo, basta la aclaración de señalar que, no era miedo a la muerte . El mismo Reik había experimentado el miedo a la muerte bajo el fuego de la artillería en la primera guerra mundial, pero ...nunca había sentido nada similar al abrumador terror que me sobrecogía durante esos ataques.

Fuera del miedo a la muerte, que en algún momento podría haberle sido familiar, según Reik , estos síntomas retornaban bajo un aspecto tan desconocido como desconcertantes. La descripción de Reik acentúa una dimensión desbordante, y desorganizante en donde el mismo miedo a la muerte, queda incluso relativizado frente a lo que refiere como terror, o en otras ocasiones como pánico, incluso bajo un aspecto anticipatorio a que la reiteración inesperada del episodio suceda.

Luego de transitar por múltiples consultas médicas donde reune diferentes diagnósticos, en una conversación ocasional con Freud, Reik acentúa una convicción que, (-Ahora estaba convencido de que mis ataques constituían fenómenos de conversión ) lo lleva a su consulta con él. Reik relata dicha experiencia de la siguiente manera:

...acostado en el diván , deje que mis asociaciones surgieran libremente y en ellas, la enfermedad de mi mujer y mi relación con ella desempeñaban un papel importante. Le hable a Freud sobre mis temores con respecto a los peligros de la relación sexual con ella , sobre la tremenda impresión producida por las dificultades respiratorias durante el acto sexual- todo eso había ocurrido unos años antes y le describí el conflicto en que me había encontrado mas adelante Había conocido una mujer que , mucho menor que yo me atraía de múltiples maneras, no solo...Hable de estas y otras cosas , pero cada tanto volvía a describir aquellos ataques de mareos acompañados por el pánico a la muerte que había obstaculizado mi trabajo. Confesé que experimentaba un tremendo terror de que reapareciera.

Algo peor que el temor a la muerte la muerte física se le presenta, algo que no involucra a ninguna vertiente de la angustia realista y que no se sostiene en la vía de le peligro exterior sino pulsiona que desde el interior y que se expresa en un terror paralizante señalan excedente que no se expresa a través de al angustia, sino del pánico. Las sesiones con Freud, como relata Reik, transcurren, y el silencio de Freud se profundiza así como la expectativa de Reik.

También me refería a ellos en la última sesión analítica antes de mi regreso a Berlín . Freud no había dicho casi nada durante esa sesión. Había escuchado en silencio las descripciones de mis malestares, mis dudas, acusaciones y remordimientos, la mezcla confusa de mis emociones y el choque de pensamientos reflejaban múltiples contradicciones existentes en mi. Casi al final de esa misma sesión escuche por primera vez su voz baja pero firme. Dijo sólo unas poca palabras, Se trataba de una sencilla pregunta , pero su eco resonó en mi durante un tiempo. La pregunta llegó después de mi repetida descripción de esos ataques de mareo y constituyó una sorpresa completa. Cuando lo hizo pude comprender que relación tenia su contenido con mi comunicación o la cadena de mis asociaciones . No logré captar su conexión con lo que había dicho durante esa hora: Aguardé como si esperara una explicación, pero no hubo ninguna. Solo silencio.

Pero entonces ocurrió una cosa : durante un segundo – solo durante un segundo- un súbito y leve mareo, de intensidad nada comparable a la sensación de los ataques , solo una alusión a la sensación, el eco de una melodía familiar. Me oí a mi mismo decir: Ah, ¿es eso?. Y supe que había llegado al significado inconsciente de esos ataques.

La sorprendente pregunta era : "¿Recuerda usted la novela El asesino de Schnitzler?"

El estilo indirecto de la intervención, la sorpresa , la súbita intromisión del síntoma, sobre el marco de la escucha silenciosa, el efecto es solo un eco. El retorno de lo familiar marca el entorno del efecto de la interpretación sobre la doblemente sorprendente la intervención de Freud: La pregunta no solo me resulto sorprendente porque yo no comprendí su relación con el tema que había yo tratado, sino también por su contenido.

-No comprendí. Resuena en las palabras de Reik. Por un lado, no comprendí la relación de la pregunta con el tema, por otro lado:Pero por otro lado:- Freud debía saber que yo recordaba la novela ¿Acaso no había escrito años antes un libro titulado Arthur Schnitzler como psicólogo en el que analizaba todas las obras de ese escritor vienes desde el punto de vista psicoanalítico...No había en Viena muchas personas que conocieran las obras de Schnitzler como yo. ¿Podría Freud ignorar, los trabajos escritos por Reik, sobre el tema, que expresamente le había dedicado?.

Al recordar los lineamientos de la novela, encontré un enfoque inconsciente para comprenderme a mi mismo. ...la imagen terrible de Schnitzler me da un imagen terrible de un destino oculto en mi carácter. El doble, el Doppegänger, El análisis posterior que hace Reik en torno a la intervención de Freud no hace sino intentar profundizar el terreno de la comprensión. La novela de Schnitzler refleja circunstancias de en las cuales él se identifica. Como dice Reik: Una identificación fundada en la similitud de la situación emocional y de la dinámica de los procesos psíquicos....

EL doble, Doppegänger el cual Reik, toma, bajo el dominio de insistencia en la comprensión, un cierto resguardo narcisista de lo especular , ese segundo yo. La similitud entre las dos novelas era lo bastante marcada como para haber guiado los pensamientos de Freud hacia la novela de Schnitzler: Allí estaba el hombre entre dos mujeres...Los motivos inconscientes del protagonista de la novela y los míos eran de un carácter similar. La única diferencia radicaba en que Alfredo (el protagonista) cometió el crimen y yo solo había pensado en el.

Aun así lal dimensión del doble evocado por Reik, no se cierra totalmente sobre el terreno de lo esperable, el estilo indirecto de la intervención de Freud, el experimento psicológico, como Reik lo nombra, lejos de apuntar a la comprensión, bajo la via de la identificación, relega toda posibilidad de la misma para relanzar la interrogación. La modalidad de la intervención toma el rodeo de la elipsis y lejos de intervenir a partir del sentido, apunta a su vaciamiento.

Los efectos no non menos sorprendentes, tal como Reik toma nota de ellos:... pero entonces ocurrió una cosa : durante un segundo – solo durante un segundo- un súbito y leve mareo, de intensidad nada comparable a la sensación de los ataques , solo una alusión a la sensación, el eco de una melodía familiar.

Hubiese sido quizá mas sorprendente y tal vez irónico, que Freud lo remita al propio aporte que Reik hace a su articulo Lo siniestro. El amplio pie de pagina en dicho articulo se encuentra encabezado de la siguiente: Freud reconoce a Reik el mérito de las siguientes referencias incluidas en lo Siniestro. A continuación se lee una amplia investigación etimológica sobre el término, así como la particular relación entre el par Heimlich-Unheimlich como lo que provoca un terror atroz,... todo lo que debiendo permanecer oculto se ha manifestado. El doble, lo familiar, de esta manera evocado, rompe toda posibilidad de identificación imaginaria. Ese doble como referencia a lo siniestro, como ese "doble que se escapa de mi" en términos de Lacan, no es tomado por Reik en sus consideraciones posteriores. Lo siniestro rompe el claro espejismo de la semejanza especular que Reik cree leer en su identificación a la trama de la novela. No es como dice Reik que... por el mero hecho de mirarlo en un espejo... le permite encontrar el camino de la comprensión, que lo lleva a la resolución de su síntoma. El acto del asesinato, o el haber gozado con la imagen de mi esposa moribunda o muerta, no es siquiera comparable a lo que sostiene detrás del deseo de muerte.



EL autodiagnóstico de Reik, acerca de los fenómenos de conversión, puede ser cuestionable la manifiesta presencia de este efecto desbordantes y desorganizante mas ligado al terror que a la angustia refuerzan un interrogante. Quizá en otro momento Freud habría considerado la posibilidad de una neurosis de angustia para situar, aunque parcialmente, algunos de los síntomas expresados. La perturbaciones de la actividad cardíaca, palpitaciones, arritmias breves, taquicardia duradera y hasta graves estados de debilidad del corazón, difíciles de diferenciar de una afección orgánica, perturbaciones de la respiración, ataques de sudor, diarreas emergentes en forma de ataques. ataques de vértigo locomotor, Son los elementos sintomáticos que Freud incluye al describir la neurosis de angustia, que integrada dentro de las neurosis actuales, nunca dejo de ser una cuadro problemático en la lógica freudiana. Quizá, como años mas tarde aceptaría, la necesidad de su inclusión se debió, a un intento de conciliación con su conciencia médica. El aspecto etiológico de la inmediatez entre su aparición y su vinculación con la sexualidad bajo la metáfora de la toxicidad o el quimismo especial de la sexualidad, solo estaba destinado a llenar una laguna médica bajo el discurso de la ciencia. Posteriormente Freud recurre a un concepto: equivalentes de la angustia para nombrar ese cortejo sintomático que no es mas que la expresión del viviente. Pero no es la semiología, o las caracteres descriptivos, sino las consideraciones económicas, lo que lo orienta para efectuar sus innovaciones nosográficas

Las pocas menciones al pánico así como la manifiesta expresión acerca la ambigüedad del término, hacen suponer, de que Freud no consideraba al mismo con carácter conceptual de suficiente relevancia como para que ocupe un lugar en términos nosográficos. Los efectos del pánico son recíprocos al de la masa, dice Freud, el pánico supone un relajamiento de los lazos libidinosos y no suponen la destrucción de los mismos como reacción ante el peligro. Queda desechado entonces que el pánico pueda provenir por un efecto identificatorio de la masa aunque Freud aclare que no se pude descartar que el efecto de inducción puede hacer que el miedo llegue a imponerse sobre el lazo protector de la masa.

La ambiguedad conceptual del pánico que... a veces se emplea para designar el miedo colectivo, otras es aplicada al miedo individual.. no lo orientan a situar la dimensión del pánico en el marco efectivo de lo social. Pero siendo el miedo individual cercano a la angustia neurótica, el pánico queda ubicado en el amplio margen de los fenómenos que devienen nombres de la angustia social. La perdida del amor junto con ello el carácter protector que envuelve el terreno providencial en el ideal del yo retorna bajo los aspectos de la incertidumbre en la angustia social. Por otro lado Freud introduce al angustia social como el nódulo de la moral. La mirada del superyó se insinúa como instancia.

El peligro ubicado en la extraña dialéctica de lo exterior y de lo interior, supone un correlato en el sujeto que es correlativo al desamparo. Por otro lado, las pocas menciones de Lacan al pánico orientan a situarlo en un lugar diferencial a la manifestación de la angustia. En el comentario de unas notas de Chejov, que Lacan las toma bajo el titulo de Frayeurs, refiere estos estados que bajo la temporalidad del instante se caracteriza ...por un desorden.., y que es realmente del orden del miedo; tampoco hay aquí amenaza y la característica de la angustia falta seguramente, en el sentido de que el sujeto no está ni oprimido, ni interesado en lo más íntimo de sí mismo, vertiente por la que se caracteriza la angustia.

El Gefahr freudiano toma la vertiente desorganizante del pánico. La ausencia de una disposición en relación a lo mas intimo de si, remite a la emergencia abrumadora que lo liga mas a la vertiente del terror que de la angustia.

En otro cuento de Chejov, titulado Strub, traducido como Terror o Pánico. El protagonista que es víctima de estos accesos de pánico, no encuentra mejor expresión para situarlo que compararlo y diferenciarlo de la agorafobias.

En Freud la agorafobia ocupa un paradójico lugar. Por un lado, a diferencia de las otras fobias no se puede ubicar un objeto, por lo cual la agorafobia, queda mas ligada a una situación. Por otro lado, la agorafobia, oscila en cuanto a su estatuto. La agorafobia parece no estar ligado a ninguna sobredeterminación fantasmática o por otro lado parece ser el resultado de una sustitución de una representación inconciliable. Pero otra particularidad la destaca en relación a las fobias. Los enfermos atacados de agorafobia-dice Freud-, dolencia que no entra ya en el cuadro de la neurosis obsesiva, sino en el de la histeria de angustia ( Angsthysterie), reproducen en sus cuadros nosológicos, con una monotonía a veces fatigosa, idénticos rasgos: miedo de los lugares cerrados, de los grandes espacios descubiertos y de las calles y avenidas que se extienden hasta perderse de vista, creyéndose, en cambio, protegidos, cuando son acompañados por una persona conocida u oyen detrás de ellos el ruido de un coche. No es solo un miedo a los espacios abiertos diría el personaje de Chejov, sino a la vida, en la cual se abisma la incertidumbre del deseo cuando se anuda a lo siniestro.

El pánico no solo obedece al instante de la emergencia inesperada del terror sino también, como se encuentra como en la agorafobia, se encuentra con frecuencia el recuerdo de un ataque de angustia, y en realidad lo que el enfermo teme es la emergencia de tal ataque en aquellas circunstancias especiales en las que cree no podrá escapar a él.

Freud en Inhibición, síntoma y angustia dirá: El poder del superyó provoca un nuevo cambio. Con la despersonalización de la instancia parental de la cual se temía la castración, se hace más indeterminado el peligro. La angustia a la castración se convierte en angustia moral (angustia social) y no es ya fácil indicar lo que la angustia teme. La fórmula «separación, expulsión de la horda» no se adapta más que a aquel fragmento posterior del superyó que se ha desarrollado apoyándose en modelos sociales; pero no al nódulo del superyó, que corresponde a la instancia parental introyectada. Dicho de un modo más general, lo que el yo considera como peligro, y a lo que responde con la señal de angustia, es a la cólera del superyó o al castigo que el mismo puede imponerle, o a la pérdida de su amor. La última transformación de este miedo al superyó me parece a mí el miedo a la muerte (por la vida), o sea, la angustia ante la proyección del superyó en los poderes del destino.

Volviendo al caso de Reik; otros puntos de su historia no pueden ser desatendidos. Su padre, había muerto en su ausencia, cuando el no había cumplido 18 años, Por un lado,Reik, durante años se reprochará el hecho de no haber llegado a tiempo con la medicación que su padre requería.Por otro lado, Inmediatamente luego de su muerte, Reik asistirá espantado a una oleada de excitación sexual tan consternante como inexplicable.- Así como la obsesión de que por haber deseado la muerte de mi padre...este podría vengarse haciendo morir a mi amada.

La expectativa de castigo, lo había atormentado años, y lo había sumido en estados de profunda angustia pero la emergencia del pánico es posterior. La angustia se constituye incluso como una protección frente al terror. El pánico remite a un excedente que no es tramitado bajo de una disposicion interna.

Una comunicación, de Reik, no pasa desapercibida, en tanto el mismo lo correlaciona con las grandes confesiones, al remitirlo la dimensión del pánico goethiano que se desliza en el carácter del conflicto con Federica en Poesía y Verdad.

Tuve que admitir que la tentación de acercarme a mi mujer estaba asociada con la visión de verla morir en mis brazos. ..La muy atractiva imagen de la mujer amada abandonándose en el rapto de placer sexual se transformaba así en la imagen de la muerte.

Un imagen que en toda su pregnancia de lo escópico retornará en lazada al goce estético una y otra vez. Excedente de goce, que bajo la modalidad paralizante del terror, donde el imperio de una satisfacción horrorizante que no podía ser sentida como tal, se conjuga, bajo la voz intemperante del superyó, desprovisto de su faz protectora de la providencia, en una pura exigencia paradójica de goce. El placer que se articula al deseo de muerte, de su mujer o de su padre, liga a un excedente intramitable de excitación sexual y se conjuga en torno a la satisfacción fantasmática bajo el imperio de la necesidad de castigo. De allí la transformación del superyó como miedo a la muerte bajo la modalidad del terror en el punto en el cual no hay disposición para la angustia como fenómeno de margen limitante del horror. El terror, el pánico se anticipa al retorno de aquello que reconoce la impronta de lo siniestro.

Bibliografia

Chejov, Anton, El violín de Rothschild y otros relatos, Madrid, 1994

Freud, Sigmund, Inhibición, sintoma y angustia. Bibloteca Nueva

Freud, Sigmund,Lo siniestro. Biblioteca Nueva. Madrid

Freud, Sigmund,Autobiografia. Biblioteca Nueva. Madrid

Freud, Sigmund,Obsesiones y fobia. Biblioteca Nueva. Madrid

Freud, Sigmund, Mas allá del principio del placer. Biblioteca Nueva. Madrid

Freud, Sigmund,Psicología de las masas y análisis del yo. Biblioteca Nueva. Madrid

Freud, Sigmund, El malestar en la cultura. Biblioteca Nueva. Madrid

Lacan, Jacques, Seminario X, inédito.

Reik,Theodor, Confesiones de un psicoanalista, Buenos Aires, Ed. Paidos1965.