domingo, 8 de junio de 2008

::Fuentes terapéuticas freudianas

Las notas de clase son tomadas de diferentes referencias bibliográficas. En esta oportiunidad trabajaremos con : Assoun, P. Fndamentos del psicoanálisis. 


1-El descubrimiento freudiano:

Como verán, el programa propuesto avanza en el sentido de una heurística[1], o sea, una caracterización del dispositivo de indagación realizado por Freud.

Del Diccionario de la Real Academia Española:
heurístico, ca.

(Del gr. εὑρίσκειν, hallar, inventar, y ‒́tico).

1. adj. Perteneciente o relativo a la heurística.

2. f. Técnica de la indagación y del descubrimiento.

3. f. Busca o investigación de documentos o fuentes históricas.

4. f. En algunas ciencias, manera de buscar la solución de un problema mediante métodos no rigurosos, como por tanteo, reglas empíricas, etc.

Es decir: Cómo Freud, producto de una formación de alto nivel en la investigación médica y neurológica, llegó a ser él mismo, el inventor de un modo de investigación analítica.

Las biografías de Freud evocan los nombres claves de ésta trayectoria: Charcot-Breuer-Fliess.

Si con Charcot hemos visto el modo en que Freud es conducido a la mirada clínica, fue el encuentro frontal con lo real clínico, encarnado en y por el histérico lo que decide a Freud a actuar sobre la histeria mediante la hipnosis de manera de revelar su naturaleza secreta.

Charcot había encontrado en la hipnosis el medio experimental para reproducir el estado patológico que atestigüe la patogenia del estado clínico.
El cuadro titulado la lección de la Salpetriere, realziado por el pintor Brouillet y expuesto en el salón de artistas franceses de 1887 es un cierto modo emblema de un cierto dispositivo clínico: Se ve allí a la paciente histérica “dormida” en los brazos de Babinski, el discípulo de Charcot y vigilada por Mlle. Bottard, asistente de Charcot. Blance Wittmann, internada en la Salpetriere desde 1877, está echada para atrás, mientras el maestro Charcot la señala con el dedo y comenta el suceso ante un auditorio fascinado.

Se tiene aquí la escena originaria de la presentación clínica en la que habrá de penetrar el creador del psicoanálisis.

El procedimiento del que hay indicios a partir de los trabajos sobre el magnetismo en el siglo XVIII ( Mesmer, Puseguy) llamado Braidismo en el siglo siguiente, a partir de que Braid, médico de Manchester, lo había inscripto en el discurso médico, se había impuesto como recurso terapéutico.

Charcot comprende en la práctica que la hipnosis es un acceso valioso al secreto del histérico. Lo que le bromuro de potasio produce en el epiléptico, la hipnosis lo produce en el histérico, lo que confirma su profunda diferencia.
La hipnosis pone fin al síntoma, el paralítico, por ejemplo. La hipnosis pasa a ser el instrumento auxiliar para poner d e manifiesto la patogenia, es decir, la comprensión del mecanismo por el cual actúan las causas que producen el proceso mórbido.

Si bien el genio clínico de Charcot deslumbra en sus Lecciones de los martes (que Freud tradujo) al no tener inclinación a las concepciones psicológicas, deja a sus discípulos la tarea de constituir una especie de psicofilosofía de la histeria. Así, Ritcher escribe: Estudio descriptivo del gran ataque histérico y sus principales variedades, Janet, : El automatismo psicológico.
Freud, en 1911, en un artículo notable sobre la ceguera histérica[2], se referirá a la escuela psicológica francesa: Charcot, Binet, Janet.

Esta se constituyó para hacer frente a la crítica, emanada de Hippolyte Bernheim con fuertes argumentos, el médico convertido a la hipnosis después de la lectura del trabajo precursor de Liebault: Del sueño y los estado análogos, 1866. En una obra decisiva, De la sugestión en el estado hipnótico y en el estado de vigilia, representante de lo que sería la Escuela de Nancy, rechaza el nexo entre histeria e hipnotizabilidad, al describir las leyes del mecanismo psicológico normal de la sugestión.

Las dos corrientes se enfrentaron en el Congreso Internacional de 1889, al que Freud pudo asistir, y que hizo que tomara posición a favor de la sugestión.
En julio de 1889 se encuentra con Bernheim.

2-De la hipnosis al psicoanálisis:

Braid descubre en 1841, que un sujeto al que se le hace fijar su mirada en un objeto brillante, situado un poco por debajo de la frente, cae en un sueño especial que se denominará sueño hipnótico o braidico.
Braid vuelve a encontrar la intuición del médico austríaco Mesmer, que utiliza a partir de 17776 el magnetismo, ese fluido universal como medio terapéutico.

Reconsideraba que éste, mediante el dispositivo de las célebres cubetas magnéticas producía sus efectos al aplicarse al cuerpo de los enfermos (entre ellos los histéricos), se vinculaban a través de varillas de hierro que colgaban sobre el líquido (agua que llenaba las cubetas, botellas que descansaban sobre una mezcla de vidrio molido y limaduras de hierro).

Puysegur, discípulo francés de Mesmer, se apresuró a establecer que ese fluido era nervioso y no físico al estudiar el sonambulismo.

Por último, Braid, dio un paso decisivo al caracterizar el hipnotismo como un estado del sistema nervioso determinado por maniobras artificiales y provocado por la concentración del ojo (mental y visual) en un objeto.
Señala con acierto que ese sueño entraña una pérdida de memoria, de modo que el paciente no conserva recuerdo algunos de lo ocurrido durante ese sueño, artificial , pero efectivo.

El hipnotismo o braidismo fue conocido en Francia por obra de Azam, de Burdeos, en 1859, bajo la forma de una comunicación a la Sociedad de Cirugía de parís, antes de ser nuevamente descubierto por Richer(1873) y practicado por Charcot a partir de 1878.

Pero he aquí la revolución discreta introducida por Liebault mediante su texto de 1866, ignorado hasta que Bernheim lo hace conocer (1883-1890) donde se concibe al hipnotismo como un sueño provocado por sugestión. Considerando la sugestión como la clave del braidismo, esto significa que no hay fluido magnético, no hay acción física hipnotizante, sino sólo una acción psíquica: la idea.

La sugestionabilidad normal sólo se exalta en la concentración psíquica del sueño: de allí que Liebault ponga en práctica una psicoterapia sugestiva durante el sueño provocado. Por primera vez recurre a la sugestión verbal al provocar el sueño y en algún caso curar mediante la palabra.
Esto contrasta con la concepción de Charcot, para quien como dijo Bernheim el hipnotismo se le presentaba como una neurosis experimental susceptible de ser provocada en los histéricos.

Corresponderá a Bernheim introducir la sugestionabilidad normal en el estado de vigilia y la terapéutica sugestiva correspondiente.

En adelante, los fenómenos de sugestión no son función de un estado magnético ni de un estado hipnótico, ni de un sueño provocado, sino que son función de una propiedad fisiológica del cerebro que puede ser provocada durante la vigilia: la sugestionabilidad.

El fundamento teórico de Bernheim es lo que él llama “ideodinamismo” : “Toda idea sugerida tiende a convertirse en acto”, es decir, movimiento, acción, sensación, emoción, acto orgánico. De igual modo, la idea también puede neutralizar un acto, inhibir un movimiento, una sensación, una emoción, una imagen, una función.

Esta propiedad es el fundamento de la idea de psicoterapia. Liberado de las supersticiones, el hipnotismo cede su puesto a una suerte de causalidad psíquica que es posible poner en acción con fines terapéuticos.

Es necesario subrayar aquí la importancia de la Escuela de Nancy (Liebault/Bernheim) pues ésta, complemento de la Escuela de la Salpetriere, pondrá al creador del psicoanálisis en el camino de una verdadera teoría de la causalidad psíquica inconciente.

Cuando decide traducir también la obra máxima de Bernheim: De la sugestión y de sus aplicaciones, a partir de 1887, Freud toma conciencia de la importancia de los trabajos sobre sugestión.

Se trata de que la sugestión revela cierto determinismo psíquico, que sería activado precisamente por ella.

El objetivo de Bernheim era desmistificar la hipnosis como procedimiento de apariencia mágica al relacionarlo con leyes de procesos psíquicos. Pero además, permitía, al superar la explicación fisiológica, hacer de la hipnosis un procedimiento psicoterapéutico.

El viaje a Nacy en 1889 adquiere pues el sentido de un giro en la concepción freudiana: es el mismo año en que se realiza el 1ª Congreso internacional de hipnotismo experimental y terapéutico.

La sugestión poshipnótica, es decir, el hecho de que el sujeto hipnotizado es susceptible de recordar, en virtud de una orden del hipnotizador lo que se hizo durante el sueño, en una traducción experimental de la acción de sus recuerdos latentes, le permitirá encontrar, como se ha visto con anterioridad, el primer anuncio de los procesos inconscientes.

Verdad teórica combinada con este descubrimiento práctico: las asociaciones libres relevarán a las técnicas de sugestión para superarlas: al menos Bernheim había planteado el principio de una accesibilidad psíquica de estos estado latentes, inducidos por sugestión.

“Fui testigo de las asombrosas experiencias de Bernheim sobre sus enfermos de hospital y es allí donde experimenté las más fuertes impresiones relativas a la posibilidad de poderosos procesos psíquicos, que sin embargo permanecen ocultos a la conciencia de los hombres”.[3]

De hecho, Charcot sigue siendo el autor del choque primitivo, en la medida en que hizo sentir a Freud “la envoltura formal del síntoma”. El aporte de Bernheim
consistirá en relacionar la cuestión con el aspecto de la causalidad psíquica subyacente. Charcot, por lo tanto, resulta impresionante en el plano propiamente clínico, mientras que Bernheim lo es en el plano de la revelación de esos “poderosos procesos psíquicos ocultos”. El psicoanálisis los conciliará en virtud de una superación que ni uno ni el otro habían previsto: la etiología sexual servirá de fundamento para esta síntesis entre los derechos del síntoma y los de los procesos.

De modo paradójico, el aporte de Bernheim se concreta, para Freud, al mismo tiempo que evalúa los límites de la sugestión. En efecto, aquel fracasa en sugestionar a la paciente que Freud lleva a Nancy para comprobar los efectos de la teoría. Pero de todos modos, considera como adquirida la idea de que las manifestaciones hipnóticas son efectos psíquicos, efectos de representaciones suscitadas, en forma intencional o no, en el hipnotizado” y no un “estado fisiológicamente modificado del sistema nervioso, provocado por excitaciones externas”, como pensaba Charcot.

La exigencia de explicación es, en adelante, inherente de la necesidad de escucha: causa y fenómenos son en adelante, de una vez por todas, inseparables de la heurística freudiana.

Es una paradoja, que Freud, al abandonar la hipnosis y relativizar su importancia, Freud reconozca su importancia en la historia del descubrimiento de los procesos inconscientes.

Una vez reconocido el mecanismo de la sugestión, Freud se encuentra con el inconsciente, y abre el camino hacia un tratamiento de las patologías del ICC catártico.
Ahora bien, en Breuer, la catarsis se mantenía en el fondo como una hipnosis. En cambio, para Freud, se convierte en un procedimiento específico de exploración del ICC. Por esto la practicará sin hipnosis y antes de transformarla en pura y simple cura de lenguaje, ya habrá renunciado a maniobras intermedias(aposición de las manos sobre la frente del paciente).

3-El acto terapéutico: Freud con Breuer.



Pero si Charcot le enseñó a Freud a ver, Breuer le enseñó a actuar sobre el síntoma.
El método catártico, fruto de la genialidad de Breuer, pone en evidencia el proceso de formación del síntoma al actuar sobre él.
La finalidad misma del dispositivo terapéutico: abreaccionar el afecto atascado, sugiere que con ese “objeto” es necesario una acción.

Se hace posible actuar sobre el síntoma y simultáneamente, esta acción es demostración del determinismo psíquico en funcionamiento en la formación del síntoma sobre el que se actúa: ésta es la considerable contribución e Breuer a la heurística freudiana.

Creo que es por esto que Freud insiste en atribuirle a Breuer la paternidad del psicoanálisis.

Al cabo de una práctica discontinua, durante diez años, a partir de 1892 Freud se ocupa de desarrollar su propio método, como si, según lo señala Jones, su técnica se fuera depurando y se desembarazara de sus coadyuvantes.
Precisamente en el momento en que participa de “Un caso de curación hipnótica de un caso de histeria” (1887) se prepara para reubicar de verdad a la hipnosis.

4- La terapéutica:

Freud continúa su texto explicando como abandonó el hipnotismo y modificó el método catártico, por razones estrictamente de “práctica”:

"Había comprobado dos graves insuficiencias del empleo del hipnotismo, incluso en su aplicación a la catarsis. En primer lugar, los resultados terapéuticos obtenidos desaparecían ante la menor perturbación de la relación personal entre médico y enfermo. Volvían ciertamente a aparecer una vez conseguida la reconciliación; pero se demostraba así que la relación personal afectiva -factor imposible de dominar- era más poderosa que la labor catártica. Además, llegó un día en el que me fue dado comprobar algo que sospechaba ya desde mucho tiempo atrás. Una de mis pacientes más dóciles, con la cual había obtenido por medio del hipnotismo los más favorables resultados, me sorprendió, un día que había logrado libertarla de un doloroso acceso refiriéndolo a su causa inicial, echándome los brazos al cuello al despertar del sueño hipnótico. Una criada que llamó a la puerta en aquellos momentos nos evitó una penosa explicación; pero desde tal día renunciamos, por un acuerdo tácito, a la continuación del tratamiento hipnótico. Suficientemente modesto para no atribuir aquel incidente a mis atractivos personales, supuse haber descubierto con él la naturaleza del elemento místico que actuaba detrás del hipnotismo. Para suprimirlo o, por lo menos, aislarlo tenía que abandonar el procedimiento hipnótico."


"Abandoné el hipnotismo; pero el cambio de táctica trajo consigo un cambio de aspecto de la labor catártica. El hipnotismo había encubierto un juego de fuerzas que se evidenciaba ahora y cuyo descubrimiento proporcionaba a la teoría una base muy firme.
¿Cuál podría ser la causa de que los enfermos hubiesen olvidado tantos hechos de su vida interior y exterior y pudiesen, sin embargo, recordarlos cuando se les aplicaba la técnica antes descrita? La observación daba a esta pregunta respuesta más que suficiente. Todo lo olvidado había sido penoso por un motivo cualquiera para el sujeto, siendo considerado por las aspiraciones de su personalidad como temible, doloroso o avergonzado. Había, pues, que pensar que debía precisamente a tales caracteres el haber caído en el olvido, esto es, el no haber permanecido consciente. Para hacerlo consciente de nuevo era preciso dominar en el enfermo algo que se rebelaba contra ello, imponiéndose así al médico un esfuerzo. Este esfuerzo variaba mucho según los casos, creciendo en razón directa de la gravedad de lo olvidado, y constituía la medida de la resistencia del enfermo. De este modo surgió la teoría de la represión."


Y tenemos entonces el descubrimiento freudiano del inconsciente. Este material penoso olvidado, no desaparecía del aparato psíquico por desaparecer de la conciencia, se mantenía en estado inconsciente, pero desde allí ejercía su eficacia en cuanto a la génesis de los síntomas de los neuróticos. Podemos decir, que Freud considera que hay un sujeto del síntoma, aunque el enfermo en cuanto a su yo conciente nada sabe de él.

"La teoría de la represión constituyó la base principal de la comprensión de las neurosis e impuso una modificación de la labor terapéutica. Su fin no era ya hacer volver a los caminos normales los afectos extraviados por una falsa ruta, sino descubrir las represiones y suprimirlas mediante un juicio que aceptase o condenase definitivamente lo excluido por la represión. En acatamiento a este nuevo estado de cosas, di al método de investigación y curación resultante el nombre de psicoanálisis en sustitución del de catarsis."
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" Para el psicoanálisis todo es, en un principio, inconsciente, y la cualidad de la consciencia puede agregarse después o faltar en absoluto. Estas afirmaciones tropezaron con la oposición de los filósofos, para los que lo consciente y lo psíquico son una sola cosa, resultándoles inconcebible la existencia de lo psíquico inconsciente. El psicoanálisis tuvo, pues, que surgir adelante sin atender a esta idiosincrasia de los filósofos, basándose en observaciones realizadas en material patológico absolutamente ignoradas por sus contradictores y en las referentes a la frecuencia y poderío de impulsos de los que nada sabe el propio sujeto, el cual se ve obligado a deducirlos como otro hecho cualquiera del mundo exterior. "
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"Las teorías de la resistencia y de la represión de lo inconsciente, de la significación etiológica de la vida sexual y de la importancia de los sucesos infantiles son los elementos principales del edificio teórico psicoanalítico. "

Hasta aquí, es mi intento recorrer con estas citas y en palabras del mismo Freud la respuesta a qué es el psicoanálisis.
Quisiera agregar del mismo texto, un párrafo sobre la particularidad que Freud señala respecto a la formación de un psicoanalista y también la conclusión a la que Freud llega hacia el final del texto sobre qué es el psicoanálisis.

"En realidad, el médico que no ha hecho un estudio especial es también, a pesar de su título, un profano por lo que respecta al psicoanálisis, y el individuo ajeno a la Medicina puede llevar perfectamente a cabo, mediante una preparación analítica y auxiliado en algún caso por un médico, el tratamiento analítico de las neurosis.
Por uno de aquellos desarrollos contra cuyo resultado es inútil resistirse ha acabado por integrar varios sentidos la palabra «psicoanálisis». Originariamente no constituía sino el nombre de un método terapéutico especial, pero ahora ha llegado a convertirse en el nombre de una ciencia, de la ciencia de lo psíquico inconsciente. Esta ciencia no es, generalmente, apta para resolver por sí sola un problema, pero parece llamada a ofrecer a las más diversas disciplinas científicas importantísimas aportaciones. El campo de aplicación del psicoanálisis es tan amplio como el de la Psicología, al que agrega un complemento de importantísimo alcance. "



Bien, tenemos bastante material para discutir, por lo que les propongo que iniciemos a partir de aquí la discusión sobre los temas propuestos.










[1] Heurística
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Se denomina heurística a la capacidad de un sistema para realizar de forma inmediata innovaciones positivas para sus fines. La capacidad heurística es un rasgo característico de los humanos, desde cuyo punto de vista puede describirse como el arte y la ciencia del descubrimiento y de la invención o de resolver problemas mediante la creatividad y el pensamiento lateral o pensamiento divergente.

La etimología de heurística es la misma que la de la palabra eureka, cuya exclamación se atribuye a Arquímedes en un episodio tan famoso como apócrifo. La palabra heurística aparece en más de una categoría gramatical. Cuando se usa como sustantivo, identifica el arte o la ciencia del descubrimiento, una disciplina susceptible de ser investigada formalmente. Cuando aparece como adjetivo, se refiere a cosas más concretas, como estrategias heurísticas, reglas heurísticas o silogismos y conclusiones heurísticas. Claro está que estos dos usos están íntimamente relacionados ya que la heurística usualmente propone estrategias heurísticas que guían el descubrimiento.

La popularización del concepto se debe al matemático George Pólya, con su libro Cómo resolverlo (How to solve it). Habiendo estudiado tantas pruebas matemáticas desde su juventud, quería saber cómo los matemáticos llegan a ellas. El libro contiene la clase de recetas heurísticas que trataba de enseñar a sus alumnos de matemáticas. Cuatro ejemplos extraídos de él ilustran el concepto mejor que ninguna definición:

* Si no consigues entender un problema, dibuja un esquema.
* Si no encuentras la solución, haz como si ya la tuvieras y mira a ver qué puedes deducir de ella (razonando hacia atrás).
* Si el problema es abstracto, prueba a examinar un ejemplo concreto.
* Intenta abordar primero un problema más general (es la “paradoja del inventor”: el propósito más ambicioso es el que tiene más posibilidades de éxito).
[2] Freud, S. Algunas perturbaciones psicógenas de la visión. Obras completas.
[3] Freud, S. Autobiografía. Obras Completas.