por Laplanche, Jean
Editorial: Amorrortu Editores, Buenos Aires
Año de publicación: 1973
Encuadernación: Rústica con solapas
Estado de conservación: Muy Buen Estado. Very Good.
N° Inventario: 510662
Precio: US$ 35 | AR$ 196 | MX$ 462 | 28 €
Sobre el libro: 177pp. Título del original en francés: Vie et mort en psychanalyse. Traducción de Matilde Horne. El pensamiento de Freud evolucionó gracias a la progresiva integración de nuevos datos, pero también siguiendo una dinámica propia; sus temas repetitivos y sus contradicciones deben examinarse con un criterio dialéctico y estructural. La interrogación a la obra freudiana no debe constituir un trabajo psicobiográfico sino un estudio literal, crítiro e interpretativo, apoyado en los procesos de desplazamiento, condensación, simbolixación. Basándose en esta postura metodológica —que lo inscribe en la corriente crítica del psicoanálisis francés, sobre la cual tanta influencia ha ejercido Jacques Lacan—, La-planche encara una rigurosa confrontación de los conceptos de vida y muerte, que ocupan un lugar central en la teoría freudiana pero están semiocultos en la práctica. Al sostener que Freud mantiene, a lo largo de los cambios introducidos en su teoría, un nivel de exigencia permanente, y que retoma en forma continua sus descubrimientos, Laplanche desecha el criterio del «corte epistemológico», tan caro a los lacanianos. Si la intervención de la biología en el psicoanálisis es enigmática, mucho más lo es la muerte: llega a ocupar el núcleo de la cosmovisión freudiana, pero está excluida de la escena del inconsciente, ya que solo accedemos a un presentimiento de nuestra propia finitud por la identificación ambivalente con la persona querida, cuya muerte tememos y deseamos. Pero vida y muerte no pueden definirse únicamente en función de la frontera epistemológica que las separa del dominio psíquico; están presentes en su mismo seno, puesto que allí se hacen representar bajo la forma de una transposición: la de la sexualidad, el yo, el sadomaso-quismo. En la sexualidad humana lo biológico —el instinto— se «descualifica» y se pierde en la pulsión, que lo despla/a apuntalándose en él. Es precisamente la noción de «apuntalamiento» —descuidada en las traducciones de la obra de Freud— la herramienta apropiada para considerar las relaciones entre psicoanálisis y orden vital. En cuanto ai yo, su función de ligar energía hace de él una transposición de la forma estable de lo vivo. Por eso Laplanche, aun reconociendo los aspectos ideológicos de la función adaptativa, no se une a quienes proclaman la «buena nueva de la muerte del yo». Y si frente al yo la pulsión de muerte representa el puro movimiento de la negatividad, si la muerte reaparece en el inconsciente «acaso como su lógica más radical aunque, a la vez, la más estéril... es la vida la que cristaliza los primeros objetos a que se adhiere el deseo».
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